Hace poco te conté lo que era la agenesia metacarpiana congénita, y te dije que con ella se puede y se debe hacer vida normal. Hoy te cuento unos consejillos de manca para llegar a ser tan feliz (o más) como si tuvieras dos manos, porque la felicidad no depende de las manos que tengas o dejes de tener.
Y es que nosotros podemos verlo un poco raro desde fuera, o que el niño no va a poder hacer esto o lo otro, pero no hay que olvidar que el bebé ha nacido así, así va a aprender a hacer las cosas, y ni siquiera lo va a tener más difícil que otro bebé que haya nacido con sus dos manitas y sus diez deditos.